Birmania: El turismo como excusa, no.

Hace algo más de un año un amigo y excelente agente de viajes, pedia ayuda para Myanmar (conocida más como Birmania) fomentando el turismo a aquel país, para, así, ayudar a paliar la pobreza d elos birmanos.
Entonces ya, me solidaricé con la causa birmana, pero dudé (y sigo dudando) de la conveniencia de fomentar el turismo en un país donde la dictadura tiene al pueblo atemorizado y, lógicamente, donde nadie se enriquece si no es da acuerdo con los dictadores.
La exquisita y extrema amabilidad de la genet birmana que mi amigo glosaba, no es causa suficiente para pensar que ayudando al turismo birmano ayudemos a su población.
El aislacionismo económico no ha sido nunca una vía para derrocar gobiernos dictatoriales, y esto parece que Obama lo ha entendido con Cuba .Más bien, la permeabilización de las fronteras, como sucedió en España en los años 60 y 70 del siglo psdo con el turismo, ayuda a la infiltración de ideas abiertas y a abrir la mente de las estructuras sociales, debilitando la posiciones inmobilistas, que acostumbran a ser las mejores aliadas de los gobiernos dictatoriales.
Entonces, porqué mi resistencia a creer que el fomento del turismo en Birmania ayudará a la población? Por varios motivos: Primero, porqué, como ya he dicho, no creo que los beneficios lleguen al pueblo, ya que la dictadura birmana es implacable y desprecia agresivamente a su pueblo, sin interesarle en los más mínimo su bienestar. En segundo lugar, porqué tampoco el turismo de larga distancia, el que proviene de destinos con valores sociales más abierts, que podrían imbrincarse (quizas) en la sociedad birmana, acostumbra a viajar sín querer mezclarse conla población (vease el aso de Bali, donde la población autóctona no saca nada más del turismo que los pocos puesto de trabajo para mano de obra barata y poco cualificada) y, finalmente, porqué, seguramente, el gobierno militar birmano usaría el turismo para limpiar su imágen como ha sucedido en otros destinos turísticos.
La dictadura birmana es de las más violents y criminales que hay en el mundo y, como hemos visto en otras dictaduras de la región, utiliza medios expeditivos propios de los denominados crímenes a la humanidad y genocidio.
La presencia estos dias en Barcelona de Maran Turner (ver entrevisya en el Periodico), abogada de Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz, que a sus 62 años se encuentra encerrada en su casa por la dictadura, dificultando que los médicos la asistan en su delicada salud, ha servido para volver a poner en primer término la pésima situación que viven los birmanos y los incumplimientos constantes que sus dictadores hacen de sus compromisos de abrir el país a un régimen democrático.
El turismo, según la OMT, sirve para traer la paz y apoyar al turismo en Birmania, sólo eternizaría la guerra y el genocidio. Entiendo yo.

About Oriol

Professor dels Estudis d'Economia i Empresa de la UOC Lecturer of the Department of Economics and Business Administration Universitat Oberta de Catalunya - Barcelona- Spain
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